domingo, 29 de julio de 2012

Casita


De vuelta por un tiempo.

El concepto de descanso cambió para siempre... Un Winnebago me recomendó estar siempre alerta y mirando al horizonte... como el centinela, como el francotirador.

"Trabajando de a poquito, se descansa más... A los moros siempre conviene verlos de lejos; no cuando están entrando a tu casa."

Será todo un desafío estar alerta sin estar manija.

domingo, 22 de julio de 2012

La Segunda Advertencia Winnebago


El Tramposo se disfraza de animal, de caballero, de héroe. Nunca rompe las reglas, sólo las dobla un poco, encuentra el hueco y pasa de manera escurridiza… como una anguila. Cuando necesita que una regla se rompa, espera a que otro la rompa; y si no puede esperar, apela a su elusiva inteligencia para desencadenar una cascada de tradición oral: le dice a uno que otro ordenó hacer algo y aquél, desprevenido, rompe la regla… y la anguila pasa.

El Tramposo es amistoso y educado; invita, sonríe y felicita. También escucha atentamente las inquietudes del prójimo, lo reconforta y lo tranquiliza; para que éste descanse en él, se apoye y confíe. Nunca se lo verá de mal humor, ni cansado, ni levantando la voz, ni confrontando. Él eludirá todo ataque.

El Tramposo; cuando una situación se torna insostenible para todos, grita a viva voz: “Dejen… Yo me encargo”. Destraba conflictos, y se pone al hombro la responsabilidad de todos; quienes callan y otorgan.

La anguila deja correr el agua, el caballero sacrifica su capa para que las señoritas puedan pasar a través del charco, el héroe se ofrece a embarrarse con el consentimiento de todos, y el Tramposo es cada uno de ellos.

“Nunca atraparás a una anguila en el agua. Para atraparla, deberás drenar toda el agua. El agua es tradición oral, la acequia es palabra escrita.”

Dijo la Gata Montesa.

jueves, 19 de julio de 2012

Soldador de la Fortuna



soldar.
(Del lat. solidāre, consolidar, afirmar).
1. tr. Pegar y unir sólidamente dos cosas, o dos partes de una misma cosa, de ordinario con alguna sustancia igual o semejante a ellas.

Ya quedan pocos... Van huyendo o muriéndose de frío.

Si dividiéramos el infinito en cuatro partes, cada parte sería también infinita. Tuvimos la mala suerte de caer en invierno, el cual se hizo eterno.

"¿Te das cuenta, no?"

Me dice el Gordo al oído, apretando los labios contra sus dientes.

"Esto no termina maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas..."

Hay dos cosas que ya no pueden unirse ni pegarse más: la realidad y la racionalidad. Todo perdió su lógica. Todo. Ya hablo poco con el viejito, porque me angustia oír cómo se amarga cuando le cuento la realidad... Una realidad lejana, muy lejana a su eterna, pétrea e inútil racionalidad. Me da pena verlo indefenso, en un juego sin reglas, y mucho menos reglas escritas... una anarquía de tradición oral. Por ese motivo, no lo llamo más.

Tampoco le voy a pedir permiso para ir a Ucrania a cazar Zombies Radiactivos y traerlos en vagones hasta la Patagonia para soldar. Esta obra, de alguna forma, debe terminar... Y si el destino es que nunca termine, al menos debemos pasar el invierno.

A Ucrania, Gordo... Nos vamos a Ucrania.

martes, 17 de julio de 2012

Un rayo de esperanza



"¿Te acordás que yo siempre decía 'Esto termina mal'? Bueno... Me equivocaba. ¿Sabés por qué nunca iba a terminar mal esto? Porque esto nunca, nunca, nunca va a terminar..."

El Gordo me planteó primeramente esa paradoja como explicación a su regreso.

"¿No te diste cuenta? Desde que comenzó nuestro viaje en Colombia todo se tornó bastante extraño. Las paradojas exprimen la realidad como un limón, y algunas gotas salen volando al ojo de Dios. El accionar de Construx fue tan paradójico, que demandó soluciones igualmente paradójicas; a fin de intentar contrarrestar el desbalance generado..."

Siempre fue muy exagerado; pero esta vez tenía una a favor para creerle: volvió de la muerte.

"... Pero esto retorció aun más la realidad, y a través de ese vórtice pude pasar yo. La realidad perdió sentido... Por lo menos el sentido al que estábamos acostumbrados. ¿O acaso tiene sentido traer legiones de Zombies-Cyborg de Chernobyl para poder terminar esta puta obra, o que aparezca un vagón en lo alto de una montaña y viajemos en él, o que los indios Winnebago de Norteamérica te puedan advertir cosas en el extremo sur del continente? No... Nada de eso tiene sentido; pero hay que acostumbrarse a convivir con los fantasmas y seguir si queremos ver una luz al final del túnel... aunque nunca salgamos de él. Nuestro camino es una asíntota. Esta obra nunca va a terminar. Sabélo... Ojalá tengamos suficientes municiones."

Paradójica esperanza tenemos.


domingo, 15 de julio de 2012

La advertencia Winnebago


El Héroe del Waikan no puede morir.

Si se pide la cabeza de la Liebre, se recibe la cabeza del Gemelo. Si la cabeza de la Liebre es la cabeza del Gemelo, entonces la Liebre es el Gemelo.

Si la Liebre es el Gemelo, el Tramposo sería el Cuerno Rojo. Si se pidiera la cabeza del Tramposo, se recibiría la cabeza del Cuerno Rojo.

El Cuerno Rojo está en pie de guerra. El Cuerno Rojo es el menor de diez hermanos, y es Aquél que usa cabezas humanas como aritos.

Hoy comprendí que el Héroe del Waikan no debe morir.

sábado, 14 de julio de 2012

La Gata Montesa


Ayer, cuando anochecía, salí a caminar. Mis amigos se negaron a acompañarme... por un motivo que más tarde comprendería.

Se cruzó sensualmente delante de mí y se detuvo. Mi corazón se detuvo, también el tiempo. Me clavó su enigmática mirada. Sagrado espíritu mapuche de fluorescente silencio.

Y siguió.

Respiré.

viernes, 13 de julio de 2012

En el teléfono con el viejito



Camino mirando al suelo congelado con el teléfono en la oreja. Parece la Luna... piso las huellas de los boogies espaciales mientras espero que el viejito atienda. Atiende y lo saludo muy cálidamente... Siempre lo saludo así, aunque a veces me atienda medio cabrón. No importa. Hay que mantener la buena onda.

El viejito me había puesto una infinidad de pétreos objetivos... Por esta rigurosidad es que la Anguila lo llama  "El Ministro". Hay pica entre ellos dos: uno demasiado prusiano, otro demasiado gitano.

Afortunadamente el viejito fue cediendo en sus exigencias a medida que yo lo iba poniendo al tanto de los problemas reales en la obra. Se nota que nunca vino a la obra y que prefiere manejar todo desde unas alturas ministeriales.

A veces levanta la voz para taparme y continuar con su monólogo; a veces se ríe de mis chistes.

Hoy se rió cuando le dije que la única manera de terminar esta obra es trayendo legiones de obreros Zombies-Cyborg de Chernobyl... Pero esto no era un chiste.

jueves, 12 de julio de 2012

En el Vagón


El Gordo me había pedido que me dejara de joder, subiera una vez más al vagón y lo esperara adentro. El viejo no estaba, pasé y me senté. Empezó a moverse y ya era imposible detenerlo.

Por la ventana seguía viendo nieve, pero la vegetación era otra... Pinos como aquellos camino a Turku.

Mensaje del Gordo: ***Banca 2 seg. Toy llegando. T explico todo.***

A mis espaldas se abrió la puerta del vagón y volví a sentir por primera vez en mucho tiempo los típicos gritos del Gordo cuando habla por teléfono. Para variar, se estaba puteando con alguien... ¿Pero quién?

"Si, si, si, si, dale, dale, dale... Daaaale. Chau."

Qué alegría verlo de vuelta.

"¿Sentís ese olor? Macumba industrial... Eso pasa, papu. Preparate."


Ahora el francotirador tiene artillero.

martes, 10 de julio de 2012

El Desencantamiento del Mundo


El viaje en el vagón me dejó confundido y el olor del miedo volvía a perturbarme... No entendía lo que pasaba. Temí estar alucinando, estar viviendo una realidad sobrenatural de fantasmas y voces del más allá. Me atemorizó la irracionalidad... dejarme llevar por ella.

Las palabras de mi jefe, el viejito, me dieron paz: "nunca dejemos de ser profesionales"

Puse distancia y me compenetré en el trabajo de manera ascética, porque sólo ello me traería paz. Entendí entonces el sentido de "La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo"; el libro que me recomendara el viejito.

Paz a cambio de desencantamiento. No más fantasmas, no más viajes místicos, ni charlas con el más allá, no más salvaciones mágicas, ni confesiones, ni perdón... Sólo trabajo.

El trabajo da paz, el trabajo libera, el trabajo es un llamamiento de Dios.

domingo, 8 de julio de 2012

Jumbo Blimp Jumbo


Otro domingo tranquilo en el fin del mundo. La obra vacía; muchos no pasaron el control de alcoholemia matutino. A la tarde ya quedaban unos pocos operarios; y jugaban como pelotudos tirándose bolas de nieve.

Llegué temprano a la cabaña y me fui con mis amigos para lo del viejo del vagón. Llevé la cámara y le saqué una foto a su morada.

Golpeé la puerta y se abrió sola. No estaba el hombre. Hoy hacía mucho frío y nevaba, entonces entré a guarecerme.

Me senté un rato a observar el infinito a través de la desvencijada ventana... Como en un Jumbo posnuclear, o un dirigible de chapa... un blimp. Abstraído, mudo, tarado. Contemplando la inmensidad acotada por una ventana.

No sé cómo llego este vagón hasta aquí, y no sé cómo llegué yo hasta este vagón. Me quedé dormido y me pasé de estación... Desperté en verano.

Recién pude volver al invierno entrada la madrugada; y caminé hasta casa envuelto en el olor del miedo.

jueves, 5 de julio de 2012

La inteligencia del erudito y la paz del ignorante



Finalmente, tampoco de Dios podía esperar aquella ayuda, pues también Cristo únicamente murió por los elegidos, destinados por Dios desde la eternidad para ofrecerles el sacrificio de su vida. Tan absoluto abandono (no concebido por el luteranismo hasta extremas consecuencias), que le impide pensar en una posible salvación eclesiástico sacramental, constituía el factor contundente ante el catolicismo, en el que, justamente, hallaron el fin de las fases del “desencantamiento” del mundo, iniciado con las antiguas profecías judías y que, apoyándose en el concepto científico heleno, refutó los medios quiméricos para la salvación, tildándolos de supersticiosos, en extremo desmedidos.

Para ser sinceros, no es una novedad la idea de que el trabajo profesional moderno entraña carácter ascético. Goethe, con su proverbial comprensión de la vida, se propuso ilustrarnos acerca de ello, en momentos de gran lucidez, encontrándose en el pináculo de la fama.


Evidentemente, en el vocablo alemán “profesión” (beruf), aun cuando tal vez con más claridad en el inglés “calling”, existe por lo menos una remembranza religiosa: la creencia de una misión impuesta por Dios.

miércoles, 4 de julio de 2012

Charlando con el Gordo

Remera-Ouija para comunicarse mejor

El Gordo se comunica conmigo desde que me dieron la BlackBerry... No siempre contesta cuando lo necesito. Sea en el cielo o en el infierno, sigue siendo el mismo gordo panceta de mierda.

Hoy apareció y charlamos un rato largo. Él me guía en este incierto y solitario camino. Antes éramos una tropa; mientras que ahora hay sólo un francotirador, cuyo hombre de mayor confianza es apodado "la Anguila"... Panorama complicado.

Se extraña la hermandad incondicional. Acá caí en un grupo ya armado, un rancio puterío de años, donde cada fumaverga tiene su lugar asignado.

Si el Gordo me dice "estás hundido", significa que deberé aprender a nadar en lo profundo.

Cambio y fuera.

domingo, 1 de julio de 2012

El Francotirador


francotirador, ra.
(Calco del fr. franc-tireur).
1. m. y f. Combatiente que no pertenece al ejército regular.
2. m. y f. Persona aislada que, apostada, ataca con armas de fuego.
3. m. y f. Persona que actúa aisladamente y por su cuenta en cualquier actividad sin observar la disciplina del grupo.

El francotirador busca el punto más alto del campo; y una vez allí, espera.

Llegar implica mirar el mapa, pensar la estrategia, la táctica y lanzarse a atravesar terrenos, esquivar minas, disparos, sufrir hambre, frío y sed. Es largo, tedioso y silencioso el camino hasta la cima. Nunca debe revelar su posición; con la única excepción del artillero, quien lo pertrecha. Y si el artillero delata, el francotirador debe dispararle.

En un viejo vagón de tren ubicado en lo más alto del monte vive un viejo. Abrió la puerta cuando pasé con mi manada y me habló. Solitario y tranquilo, amable y atento. Testigo de fantasmas que le golpean la puerta de noche y se van antes de poder atraparlos.

Prometí volver a visitarlo, y el viejo se alegró.