martes, 30 de abril de 2013

Último último día


Hoy fui a las oficinas de Baires a devolver la BlackBerry y la Notebook: la versión Business de "mi arma y mi placa".

Hoy terminaron mis funciones en este proyecto nefasto.

Hoy terminó oficialmente el entrenamiento.

Hoy salí del agujero negro.

Adiós.

miércoles, 24 de abril de 2013

El Rescate


Finalmente me rescataron los británicos.

Me necesitan para una misión en Brasil.

lunes, 22 de abril de 2013

Retirada



Hasta el paraíso sería desesperante si nunca pudiéramos salir de él.

Las conclusiones son varias, tal vez ambiguas o contradictorias; porque el origen del mal no puede endilgársele a una sola persona, ni a un grupo organizado. El fracaso es producto de una pulseada de a tres, de a cuatro, de a cinco. También pulseadas de a uno: entre los dos discursos de una misma persona.

La Anguila era el árbol que tapaba el bosque. Un árbol retorcido en un bosque espantoso.

Después de un año atrozmente enceguecedor, voy percibiendo las siluetas de los verdaderos culpables. Enceguecedor y esclarecedor a la vez… Paradójico, en definitiva.

Siempre creí que las cosas se hacían mal por culpa de hijos de puta, pelotudos o locos. Según mi teoría, el loco no mide las consecuencias, el pelotudo no sabe que hay consecuencias y el hijo de puta sabe que hay consecuencias y las mide, pero le chupa todo un huevo. Ahora descubrí la cuarta dimensión del fracaso: el cagón. El cagón nunca enfrentará al loco; y el hijo de puta lo convencerá de obedecer al pelotudo. El cagón es el lubricante de este mecanismo diabólico.

Esta obra no terminará nunca por la pulseada entre los gallegos pelotudos, los hijos de puta de sus socios locales, los locos del gremio y los cagones que completan el organigrama.

Las arcas de los rapaces se colmarán del dinero de todos y la energía llegará a la casa de nadie. Los billetes se quemarán al viento de la Patagonia y el carbón quedará bajo tierra; porque así son las cosas, porque eso nos merecemos. Por prebendar, pijotear, pedir desvergonzadamente cualquier cosa, por vaguear, alardear, enroscar, transar, apretar, mentir, embaucar, dejar pasar y desligarnos hipócritamente de todo para seguir como si nada, con cara de piedra.

Llegamos a este nido de víboras porque quisimos. Pude ver, temer y sobrevivir para contarlo; ahora puedo partir de este purgatorio.

Recobrando