Carlitos me recibió como a un embajador. Me ofreció vino, me dio charla, cocinó y me pidió ayuda. Hicimos empanadas fritas en grasa con un toque de ajo; carne al horno y una bolognesa de asado de ayer. Comimos a reventar.
En la sobremesa, Carlitos sacó el tema del contrabando de zombies.
Yo no entendía nada.
Carlitos dice que tiene la posta y que quiere ganarle de mano a La Anguila.
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