jueves, 16 de mayo de 2013

La Epifanía


En una Buenos Aires húmeda y diseñada por ingenieros sajones, me dirigía apurado al teatro. Era muy tarde. Llegué y todos ya se iban. Transpirados por este clima tropical, bajando por una escalera de estilo prusiano.

Crucé el paraíso, llegué hasta su loft y bailamos un valls-cha-cha-cha entre sofás marrones. Algunos de terciopelo, otros de cuero.

La pasamos bien... como aquella vez en Mc Donalds, vestidos de leñadores.

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