viernes, 25 de mayo de 2012

Sueños


La primera prueba del sistema es satisfactoria.

El subsistema onírico volvió a funcionar por primera vez en dos años.

Estaba con mis amigos y aquella en un Central Park recién llovido, con charcos. Nos atacaban pequeños rateritos y nos defendíamos a los golpes.

Estaba con los del laburo y ella en un Woodstock ruso, con pinos. Nos vendían lugares buenos por un par de euros y ella me daba cambio.

Finalmente se iba con su alguien en un Fiat Uno, después de la ceremonia religiosa de una pareja indefinida.

Y a su hijo, que se iba en un micro escolar, lo despediría soltera.

Regocijarme al ver a la conchuda llorando y acercándose a mí para chaparme en una sala de reuniones.

Todo era posible. Tal vez sea nuestro destino.

Se siente bien volver a soñar durmiendo y vivir despierto.

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