jueves, 5 de julio de 2012

La inteligencia del erudito y la paz del ignorante



Finalmente, tampoco de Dios podía esperar aquella ayuda, pues también Cristo únicamente murió por los elegidos, destinados por Dios desde la eternidad para ofrecerles el sacrificio de su vida. Tan absoluto abandono (no concebido por el luteranismo hasta extremas consecuencias), que le impide pensar en una posible salvación eclesiástico sacramental, constituía el factor contundente ante el catolicismo, en el que, justamente, hallaron el fin de las fases del “desencantamiento” del mundo, iniciado con las antiguas profecías judías y que, apoyándose en el concepto científico heleno, refutó los medios quiméricos para la salvación, tildándolos de supersticiosos, en extremo desmedidos.

Para ser sinceros, no es una novedad la idea de que el trabajo profesional moderno entraña carácter ascético. Goethe, con su proverbial comprensión de la vida, se propuso ilustrarnos acerca de ello, en momentos de gran lucidez, encontrándose en el pináculo de la fama.


Evidentemente, en el vocablo alemán “profesión” (beruf), aun cuando tal vez con más claridad en el inglés “calling”, existe por lo menos una remembranza religiosa: la creencia de una misión impuesta por Dios.

2 comentarios:

  1. eeeeehhh ssseee….
    (parece que en esta parte, el personaje se empezó a desorientar un poquito; quizás recite mientras camina desnudo por la nieve)

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