viernes, 29 de junio de 2012

Cuentos chinos, de terror, de cizaña

Flores muertas en tu tumba.


Los viejos de acá son cuenteros. No sé si verseros... Cuenteros.

¿Era realmente necesario que Juan Carlos me recibiera al bajar del bondi alertándome sobre problemas y tiroteos?

Después del "Glup, dónde mierda me metí", no pasó nada. Nada.

Juan Carlos me cae mal porque no me mira a los ojos; porque intentó meterme miedo; porque me llevó al supermercado y recién en la caja me avisó que era yo quien debía pagar; porque casi me hace quedar para el orto con el compañero de cabaña que nunca fue. Llegamos aquella vez y me dijo: "Acá tenés un vino, cervezas, toallas... usa lo que quieras."

Suelo sospechar de quien no mira a los ojos, y esta vez me sirvió. No usé nada, salvo las toallas; porque esos no eran regalos de cortesía, eran pertenencias de alguien. Yo ya sabía: un gallego burócrata iba a cohabitar mi cabaña; pero fue al llegar cuando éste se enteró de mi presencia, y puso el grito en el cielo. Nadie le avisó nada, se cabreó y se las picó.

No hay mal que por bien no venga. Excelente. Ahora ningún gallego de mierda me rompe las pelotas.

Otros cuenteros son los viejos mañosos, pero a diferencia de Juan Carlos, me caen muy bien. Uno de ellos tiene un escorpión tumbero tatuado en la panza y es un antiguo de la UOCRA; me contó la historia de Copito, un perrito de la obra que viaja en el bondi, sube y baja solito. También me explicaron por qué en mi cabaña hay estampitas de la Virgen, una botella de agua bendita y ramos de olivos... Porque el anterior ocupante oía cosas, veía cosas raras y rogó por un cambio de casa. El cementerio está muy cerca y vio una mujer de blanco caminando en medio de la noche.

Los viejos meten miedo para marcar su territorio, para ver cómo reacciona uno.

La cosa se resuelve fácil: si mis amigos no le ladran, no existe.

Anoche ladraron mucho...

jueves, 28 de junio de 2012

Ensaladas

Ensalada de caños

Una ensalada cimarrona... Inspirado por un día de mierda, fue lo mejor que me salió.

Si, le metí morcilla fresca picadita, lechuga y perejil a la ensalada criolla... y qué? Ahora no es criolla, es cimarrona. Cómanla, háganme el favor!

El único que le entró parejo a mi creación fue Azeem, un pakistaní experto en montaje mecánico de calderas, que se vino hasta el culo del mundo a enseñarles a estos gallegos brutos cómo carajo se arma el caro juguetito que compraron. Musulmán simpatizante de Al Qaeda, antiyanqui residente de Florida. Cráneo, borracho, personaje. Lo único que evita es el cerdo; el resto... adentro!

"They think they know a lot. They know shit!!"

Azeem se refería a los pedacitos de chorizo español que integran una variedad muy particular de ensalada cimarrona: este proyecto de mierda. Nadie sabe de lo técnico, nadie sabe de dirección de proyectos, nadie sabe quién es jefe de quién. Es una ensalada. También es una ensalada la documentación de subcontratos; y el Chef Roberto, gerente de compras, no sólo quiere hacerme lavar los platos: pretende que me coma todo lo que él prepara encerrado en su cocina inmunda; y encima se pone histérico cuando le devuelvo el plato. Concretamente: yo administro lo que él negocia... Y este salame tandilero negocia para el orto.

Hasta hoy no sabía si este endosador-compulsivo-de-muertos-con-copia-a-todos es sólo un inconsciente, meramente un imbécil, o lisa y llanamente: un hijo de puta. La Anguila me cantó la justa: "Es una combinación de las tres. Roberto compró todo como si fuera la línea de montaje de la Ford; pero esto es un proyecto y Roberto nunca estuvo en un proyecto. Le dieron mucha responsabilidad desde España y explota cuando alguien lo deja expuesto... Ni le contestes."

Igual voy muerto... me da consejos la Anguila. Espero que me dé un poco más de tiempo para aclimatarme antes de morderme.

Un cordobés culiáo me hinchó para cenar con el grupete de viejos mañosos y despejarme, porque me veía muy cruzado. Así es como hice la ensalada de Azeem, bebí, me olvidé de todo... y todo estaba más rico que la mierrrrrda!

martes, 26 de junio de 2012

Una aventura a la soberanía energética


Los fierritos de las paredes de la caldera parecen marchar por una plaza roja, en ocasión de un acto de exaltación nacionalista.

Las enormes piezas fabricadas en China yacen a la intemperie, a pesar de las indicaciones del manual del fabricante. En algún momento, si hay fondos y voluntad política, serán ensambladas para componer la gigantesca caldera que generará el vapor necesario para mover las turbinas de generación eléctrica fabricadas en Alemania. Ese vapor saldrá de las turbinas, se condensará en un enfriador diseñado y fabricado en Estados Unidos; y el ciclo energético volverá a empezar gracias al calor del carbón extraído de las entrañas del territorio patrio... que tal vez no sea suficiente y finalmente deba importarse desde Europa del Este.

La obra avanza lerda bajo la nieve; ejecutada por operarios de cada rincón del país, mal pagados y poco preparados para una obra de esta naturaleza y este clima hostil. Jornaleros de subcontratistas locales semi fundidos por las deudas de una contratista española corrupta e ineficiente, que se llevó la mejor tajada fuera del país.

En algún momento, si hay fondos y voluntad política, llegará la luz a las casas de quienes construyen la planta bajo la nieve.

A treinta años del conflicto del Atlántico Sur, y muy cerca de su escenario, la aventura de la soberanía se impulsa una vez más con la sangre y el sudor de soldaditos  mal pertrechados.

lunes, 25 de junio de 2012

El olor del miedo


Toda la noche sopló un viento terrible. Me desveló y trajo una lluvia espantosa que se llevó la nieve y dejó un lodazal inmundo. La combi nos pasó a buscar al horario de siempre y llegué mal dormido a la obra. Me registré en la entrada y marché sobre charcos y hielo hasta la oficina.

Un lunes de mierda... hasta que bajó la temperatura y volvió a nevar. Y nevó mucho.

Había arreglado con uno de los flacos ir al supermercado a la salida. Siempre hay que arreglar porque las distancias son enormes y la nieve dificulta aún más el transporte.

Volviendo en el auto, bajé la ventana para contemplar la niebla y sentí ese olor que tanto miedo me dio en Europa del Este. Persistente y omnipresente; asimilable a un vaho de aceite de motor quemado al carbón. Recordé la incertidumbre y la desvencijada soledad de Polonia, Ucrania y Serbia.

Ese olor estaba también acá, al sur de la Patagonia.

Quemando las entrañas de la tierra se calientan los hogares de aquí y de allá. El carbón de la mina huele así. Distinto a la leña y al carbón vegetal. Más brutal y menos místico. Pragmático y esencial.

En ese momento, cuando entendí, perdí el miedo.

Llegué y salí a caminar por la nieve y la penumbra con mis amigos.

domingo, 24 de junio de 2012

Entre Perros Esteparios


La Anguila no está; se fue a su casa de descanso y quedó a cargo de la obra uno de los sub jefes. Oscar, un viejo buenazo de bigotes y ojos claros, ingeniero civil de enternecedora parsimonia, infaltable sweater colorido, chaleco y polera. En su oficinita tiene pegadas láminas de la Virgen María y de un Santo de barba, que debe ser San Francisco de Asís.

Oscar y el viento nos regalaron la tarde del domingo, porque no se podía hacer nada en la obra. Llegué a casa temprano y aproveché para caminar un poco hasta que oí unos ladridos a lo lejos. Los perros me escoltaron desafiantes hasta la puerta de la cabaña, un poco ladrando, un poco moviendo la cola... Hasta que dejaron de ladrar.

Unas salchichas sellaron nuestra amistad. Caminé con ellos por la nieve.

Mirando la montaña le agradecí a Oscar, al viento, al cielo y a ellos.

Cada vez soy más amigo de los que habitan la estepa.

sábado, 23 de junio de 2012

Lejos


“Primero me fui lejos pensando que a la distancia iban a aprender a apreciarme, después me fui lejos para olvidar, luego me fui lejos queriendo que me olviden; y hoy me fui lejos porque no me queda más remedio.”

Una fanatizada charla de pesca entre dos viejos mañosos comenzó con esa frase y terminó con un asado.




jueves, 21 de junio de 2012

Empezó a nevar


Desperté a las 4 AM con dolor de cabeza y no me dormí más. Anoche me lucí cocinando para el jefe de obra y tomamos un poco de más. El jefe es conocido como "la Anguila"... porque es imposible agarrarlo en alguna. El Gordo desde el cielo, a través de la BlackBerry, me lo dijo; y también me dijo que tenga mucho cuidado con él.

Caminé hasta la combi bajo una lluvia helada a las 7:30 AM, dormité un poco en el viaje hasta la obra y llegué mareado. Allí ya estaba esperándome Shrek; un gigantón buenazo que también ama la cocina y lleva las cuentas en mi sector. Supuestamente yo soy su jefe; pero no me interesa decirlo ni marcarlo, somos socios en esta difícil tarea de bicicletear subcontratistas. No hay plata. En serio.

Shrek es muy prolijo y cuidadoso en lo que hace. Hoy charlamos y me contó la historia de este proyecto nefasto, que está a la deriva; él vio todo desde el principio. En una época dependía de Ompel; y este nunca logró nada. Pero aquél está tranquilo, tiene su vida armada y se lo ve feliz. Eso me alegra.

Pasado el mediodía empezó a nevar fuerte. Me abrigué y salí a caminar por la obra.

martes, 19 de junio de 2012

Hace exactamente dos meses




Hace exactamente dos meses (hora de Argentina) estaba cenando langosta en Red Lobster de Times Square; disfrutando de la última de mis semanas en el norte del continente. Sabía que era la última porque ya había decidido irme de la gran petrolera nacional.

Hace exactamente dos meses no me había cruzado aún con ella, ni se me había desmoronado la vida entera por todo eso que finalmente no fue.

Pero así tenía que ser, darse, pasar y dejar atrás como las ovejitas esteparias que se ven por la ventana.

El aire del sur hace olvidarlo todo... lástima que existan comprobantes perdidos entre las páginas de un libro.

lunes, 18 de junio de 2012

Sweet Home Río Turbo


Después de tres horas de avión, dos horas de espera y cinco de bondi, llegué.

Me pasó a buscar el coordinador de servicios generales, Juan Carlos; y con marcada vacilación me explicó unos problemitas que sucedieron en la obra.

"Se cagaron a tiros entre los obreros."

Fuimos al supermercado, compré provisiones y llegué a mi casita.

Mañana, a la obra.

jueves, 14 de junio de 2012

Deadline

Supuestamente me voy el lunes; vía Calafate. Y de Calafate en bondi hasta Río Turbo.

El problema no es el transporte aéreo. El problema es el transporte terrestre, porque aún no se quién paga el remisse hasta Aeroparque ni el bus desde Calafate hasta RT (200 Km).

"No hay un mango."

¿Y yo voy a financiar a una multinacional?

Tal vez. Depende cual sea mi humor del lunes.

sábado, 9 de junio de 2012

Todo lo que dejamos atrás



Cuando no se puede pasar el marco de la puerta y nos trabamos en un campo de fuerza implacable, y no pasamos, y no pasamos.

Una burbuja de titanio invisible nos impide pasar, hasta que explota y pasamos.

Y nos olvidamos de todo, todos y todas.

Hasta parece que alcanzamos tocar la asíntota de la histeria sin fin.

viernes, 8 de junio de 2012

El Semblante de un Hombre Derrotado

Yo ya había oído sobre Carlos Ompel. Nada en especial, sólo su nombre y que algo había tenido que ver con Construx. Hace una semana lo conocí. Es el responsable de control de costos; algo que parece haber brillado por su ausencia en este proyecto.
Abel conocía a Ompel. Aquél lo había contratado en Construx, luego se fue, y más tarde apareció en Tecniberia, la empresa española que es dueña de la mitad de Construx. Hoy está acá, en Tecniberia, como un musgo en un rincón de un edificio humedecido.
Su saludo fue escueto, levantó por un instante imperceptible sus ojos y siguió mirando para abajo. Mirando sus cosas. Sus planillas inservibles. El poco pelo que tiene se lo peina para un costado, para ocultar su calva. No mira cuando uno lo saluda y apenas esboza un gutural saludo que significa “Que ni se te ocurra a pedirme algo”.
Todos saben que Ompel se pasa el día jugando al solitario. Su excusa es que no puede hacer nada con el quilombo que es este proyecto. En las reuniones permanece en silencio, muerde suavemente sus labios, golpea delicadamente la mesa con la punta de su birome y niega sutilmente con la cabeza.
Todos saben que Ompel es un hombre derrotado.

martes, 5 de junio de 2012

Nervios en la panza

Frente al abismo se agrandan los pasos de los elefantes en mis intestinos. Duelen, crujen, suenan y no me dan respiro.

El malestar intestinal genera miedos o los miedos generan malestar intestinal.

Paradoja que no se resuelve y todo suena a arrepentimiento. La ruta, el semáforo, el frío, el tránsito, las bufandas, el cordón de la vereda. Y sigo sin comer. Y no aguanto. No aguanto. No aguanto.

Y fui a la guardia del Hospital Alemán. Y seguían mis datos viejos allí, de cuando yo era chico. Del departamento de Libertad. De cuando mi mamá me llevó por una fuertísima resaca.

Y no tenía nada.

Dieta, pastillitas y ya está.

Misterioso contacto me apareció en el chat de la BlackBerry.

¿Broma de mal gusto o un llamado desde el cielo?